martes, 2 de octubre de 2012

LA TRADICIONAL CALLE JAEN


La calle Jaén, alberga un sin fin de historias reales vividas por personas, vecinos del lugar y transeúntes. Éstas, son encuentros con personajes de antaño, almas en pena y ruidos escalofriantes que aún hasta nuestros días perduran en el lugar, una de ellas es doña Rosita Ríos quien vive hace algún tiempo en esta calle, ella nos cuenta que uno de los primeros días de su estadía vio mucha gente elegante que bajaba por la calle. Una vecina le comentó  que los personajes que vagan por las calles del lugar la dieron la bienvenida.

Una calle con rasgos coloniales y empedrado, casas con techos de teja los cuales  le dan un aspecto particular que contrasta con las imágenes de casas de ladrillo y techos de calamina que se ve por casi toda la ciudad. Los portones son de madera con incrustaciones metálicas y muchas de ellas con aldabas características del siglo pasado que a pesar de su corta distancia (una cuadra) por su estrechez parece vista de un lado interminable.

Los museos que se encuentran en esta calle, ayudan al ambiente ya que basta con su denominación para atraer a turistas y habitantes de la ciudad a visitar el lugar sin esperar una fecha o tiempo especial.

Un elemento muy particular de esta calle, es la cruz verde que está colocada en la esquina inferior de la calle, en la pared del que ahora es una tienda de ropa de alpaca, la cual fue puesta para ahuyentar la aparición de una carroza de fuego tirada por caballos que pasaba por las noches y llegaba hasta este lugar.

No cabe duda que el atractivo de esta calle se magnifica ahora por ser un lugar bohemio ya que se instalaron lugares que ofrecen a los concurrentes bebida y música en vivo, lugares que están tenuemente iluminados, algunos con velas otorgándoles un ambiente mágico y atractivo que se siente en la misma calle adornada de faroles
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BIENVENIDA
Doña Rosita Ríos, reconocida actriz paceña que tiene una tienda de barrio desde hace nueve años, en conversación con EL DIARIO comentó que ella fue muy bien recibida por los fantasmas de la calle. “Yo vivo aquí hace nueve años acá y los del Marca Tambo (Peña Folklórica) me preguntaron qué negocio iba a poner,  yo les dije que pensaba poner un café, entonces me aconsejaron que mejor  ponga una tienda.

Cuando mi negocio estaba más o menos lleno, salí cerca de la media noche y bajaba gente muy elegante, bajaban señoras con sus abrigos muy caros y los caballeros vestidos elegantemente. Entré a mi tienda y encendí un cigarrillo en mi mostrador y muy pensativa le digo a mi hija esta noche vamos a tener venta porque esta bajando mucha gente, pensando que estaban bajando a la peña. Termino de fumar el cigarro, vuelvo a salir y no había nadie. Al día siguiente la señora que vivía en la casa que colinda con el Museo de Murillo me dijo, anoche no he dormido nada, hicieron mucha bulla y entonces le dije ¿había mucha gente por aquí, ha habido fiesta en su casa?, ella me respondió “en la casa del Pedro había toda la noche aplausos, discursos, hasta que he tenido que golpear con mi zapato, y si has visto a la gente son los espíritus que te están dando la bienvenida”.